Los vinos de Obama
Aunque en este artículo mencionaremos el nombre del actual presidente de los Estados Unidos, no nos referiremos a sus acciones políticas sino a lo contentos que están los vinateros estadounidenses porque después de ocho años sin una presencia sólida en la Casa Blanca, parece que en esta oportunidad si se verán, de vez en cuando, copas de vinos en la mesa.
En la toma de posesión, para ser más exactos, en el banquete que se ofreció después de la juramentación se vieron etiquetas californianas que guardaron maridaje con el menú que recordó los gustos de otro Jefe de Estado de esa nación del norte, Abraham Lincoln. De esta manera se cumplió un mandato de Lyndon Johnson, quien estableció que en los banquetes de Estado solo se sirvieran vinos de California.
Los hábitos de Barack Obama podrían ejercer cierta influencia en el público, lo que representaría un aumento en el consumo de vinos locales. Según las noticias difundidas por los medios, el actual Presidente tiene en su casa una bodega donde puede guardar unas mil botellas. Igualmente han revelado que la primera dama le gusta compartir una copa con su marido al caer la noche.
John Gillespie, titular del Consejo de Mercados del Vino dijo en una oportunidad: "No me queda más que pensar que tras ocho años sin bebedores de vino en la Casa Blanca, Barack Obama tendrá un efecto positivo sobre los hábitos de bebida de los estadounidenses”.
Pero parece que otros presidentes le han rendido culto a esta bebida sin tomar en cuenta la nacionalidad. Richard Nixon, por ejemplo, le encantaba el Chateau Margaux. El brandy sirvió para las sobremesas de John F. Kennedy, bebida perfecta para acompañar los habanos cubanos.
Y cuáles son los gustos del primer presidente afroamericano de Estados Unidos. Si bien no se conocen las etiquetas preferidas por él, si se tiene fe de los vinos que tomaron ese día histórico de la juramentación en el Capitolio, durante el almuerzo que ofreció el Senado al primer mandatario..
El salón de las Estatuas fue el seleccionado para el condumio que se acompañó con vinos californianos, los que se caracterizaron por ser sencillos y ninguno aparecía entre los renombrados. Botellas que están al alcance de todos por su precio. La elección de los mismos resultó sorprendente, ya que no pertenecen a bodegas históricas.
Los primeros vinos que probó Obama como presidente fueron Duckhorn Vineyards, prestigiosa bodega que donó diez cajas para la ocasión. El espumante lo regaló la bodega Korbel, que los provee para las investiduras presidenciales desde 1985. Con el primer plato, un guiso de mariscos y verduras, se sirvió el Sauvignon Blanc de Napa Valley 2007 (20 dólares), mientras que su Pinot Noir de Anderson Valley 2005 de la marca Goldeneye, con un precio que ronda los 30 dólares, acompañó el plato principal de faisán y pato. Duckhorn Vineyards puso a la venta un estuche conmemorativo de la histórica ocasión con una botella de cada uno al precio de 80 dólares. El espumante Korbel Russian River, cuyo precio ronda los 15 dólares, se destinó al postre, consistente en un pastel de manzana y canela, el preferido por el presidente mártir Abraham Lincoln, a quien se le quiso rendir homenaje, ya que este año se celebra el bicentenario de su nacimiento.
Para la elección se consultó al Wine Institute, asociación californiana que preside Margaret Duckhorn, la propietaria de la bodega. Se ha filtrado la información que el equipo de Obama ofreció pagar por los vinos, pero los propietarios de estos vinos consideraron que era honor suficiente y los donaron.